viernes, 2 de abril de 2010

Reseña: “la violencia contra las mujeres, violación de los derechos humanos fundamentales”. Mabel Gabarra.

Mabel Gabarra trabajadora de INDESO MUJER (Instituto de Estudios Jurídico Sociales de la Mujer), es una argentina líder en el movimiento feminista, autora de diversos escritos que buscan fomentar la igualdad de género, entre ellos “la violencia contra las mujeres, violación de los derechos humanos fundamentales”, en el cual Gabarra muestra que la diferencia entre hombres y mujeres, incluyendo la violencia que se deriva de la misma, es una evidente violación de los derechos inherentes al ser humano. Afirma que la violencia de género es una violencia específica, ejercida contra mujeres y niñas que está basada en las diferencias socioculturales históricamente construidas. Gabarra muestra que esta relación jerarquizada entre varones y mujeres es motivo de la desigual distribución del poder que conlleva a este tipo de violencia, que solo llegó a ser reconocida como una violación de los derechos humanos hasta el al año 1993 en la conferencia de la ONU realizada en Viena.
El concepto “sexo” define a las diferencias biologías entre hombres y mujeres, mientras que el género alude a las diferencias que se construyen socialmente. Este fenómeno encuentra sus raíces en la desigualdad entre los sexos, es decir, en cómo se construyen los modelos de masculinidad y feminidad y las relaciones sociales entre hombres y mujeres, que implican la subordinación de estas últimas.
Las relaciones de dominación se ocultan en un discurso de naturalización. Así la violencia contra las mujeres no se percibe ni se define como tal porque se considera algo natural, en la medida en que están cosificadas. Los análisis sociales que se realizaban anteriormente tenían encuentra diversas variantes de exclusión basadas en la etnia, la raza y la clase social, pero siempre excluían el género, puesto que se consideraba como una relación que se circunscribía al ámbito privado. Estos análisis no daban cuenta de la importancia de la relación varón/mujer en la estructuración de las sociedades, pues una vez que esta se incluya junto a las demás variantes antes mencionadas se da un reordenamiento de las categorías sociales, por ejemplo no es la misma situación la de una mujer negra a la de un hombre negro.

El hombre que viola, golpea, insulta asedia o agrede de cualquier otra manera a una mujer, lo hace porque no la considera un ser con quien pueda relacionarse de igual a igual. Esto se debe en gran medida a la asociación de las mujeres con la naturaleza (en oposición a la cultura) lo cual ha implicado, entre otras cosas, la negación de su capacidad racional de su voluntad. Las mujeres han sido definidas a partir del cuerpo y la apariencia; por ello se les han asignado atributos tales como la docilidad, la obediencia, la sumisión la seducción. Etc., pero nunca el raciocinio. Este último aspecto apunta directamente al tema de la violencia y a la violación de los derechos humanos. Cuando se da el proceso de cosificación, hay también una negación de la voluntad de las mujeres y consecuentemente una naturalización de la violencia. Si esta se define fundamentalmente como una transgresión a la voluntad (sea por imponer o para impedir una conducta) y las mujeres son construidas como seres sin voluntad, la violencia es imposible por definición. ¿Cómo puede transgredirse una voluntad inexistente?

A manera de síntesis, efectivamente la violencia de género encuentra sus raíces en la desigualdad entre los sexos, sin está en nuestra sociedad sería posible una convivencia sana entre hombres y mujeres, y ambos estarían en la misma posición patriarcal. Pero este proceso de dar visibilidad y denunciar públicamente este fenómeno es arduo y está lleno de obstáculos y dificultades. Y aunque se proteja por las Naciones unidas y se incluya en las legislaciones de los países, esta problemática seguirá siendo una realidad cotidiana.

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